sábado, 16 de agosto de 2008

Resumen Experimentación afectiva I

Los momentos que más destacaría son:
- Cuando fuimos al baño en El Chopo
- El viaje en el metro en el que decidí dejar de seguir a Melissa
y sentarme
- Ejercicios realizados en Bellas Artes
- El baño que tomamos
- La sastrería
- Al final que no nos dimos cuenta que ya era hora de terminar y el día siguiente.




Del baño en el Chopo
Primero cedimos ante el impedimento social de compartir un baño. Después, entre cuestiones fisiológicas e ideológicas decidimos entrar y rompimos la regla. Al salir, la reacción de la recepcionista, me pareció que intentó enseñarnos a comportarnos. Por la condición en que estábamos más que molestarme me pareció algo absurdo, supongo que no supo como reaccionar ante dos personas mayores de veinte años que para ella no sabían que un baño era para hombres y otro para mujeres.

Del viaje en el metro
Se puede hacer un análisis sobre la parte activa y pasiva de la pareja. Melissa es una persona con más energía que yo, anda para todos lados como conejillo. No le he preguntado si me escuchó cuando le dije que me quería sentar. Sí me senté por cansancio, pero también fue por no seguirla, ahora que lo pienso con más calma fue como tratar de recordarle que íbamos juntos, que no podía ir a cualquier lado sin tomarme en cuenta, de repente es como si hubiera un nuevo ser, que no es Melissa ni Caleb, es una fusión, Meleb, Calissa, jajaja cómo quieran llamarlo. Hubo momentos durante el día que yo también olvidaba que íbamos atados y caminaba sin tomar en cuenta el cordón.

De los ejercicios en Bellas Artes
Llegamos unos minutos tarde a la cita, al no ser contactados por alguien, nos tomamos una foto. Esperamos y nadie llegaba. Entonces Melissa tuvo la idea de grabarnos haciendo ejercicios que consistían en acercarnos y alejarnos forzando el cordón a estirarse al límite. Fue doloroso y rozamos nuestros cuellos. El cordón resistió y no reventó. En una ocasión Melissa comenzó a jalar sin que yo me diera cuenta, intenté seguir avanzando pero no pude y tuve que hacerle una señal para que se detuviera (es la parte en el video en que me estoy acercando a la cámara). ¿Qué tanto se puede resistir la tensión?

Del baño
Creo que de aquí lo más interesante es ver cómo nos adaptamos a la situación. Hasta ese momento se nos ocurrió que hubiera sido más sencillo usar camisa que playera. Necesitábamos bañarnos y no podíamos quitarnos las playeras, pero tampoco podíamos salir mojados a la calle, tal vez si hubiera sido en un lugar más cálido o playero lo hubieramos hecho. No importa a quién se le ocurrió, Melissa dice que a ella y yo digo que a mí, lo importante es que lo resolvimos, mientras uno se bañaba el otro esperaba fuera cuidando la ropa.

De la sastrería
Otra vez las ganas de ir al baño, Melissa quería ir al baño y estaba casi segura que en el restaurante no nos iban a dejar entrar juntos. En la calle vimos una sastrería y el señor amablemente nos prestó el baño. Yo esperé afuera del baño mientras Melissa hacía lo que tuviera que hacer. Me pusé a platicar con el sastre, nos despedimos y nos fuimos. No hay mucho que reflexionar al respecto, pero fue una experiencia agradable.

Del final
No nos dimos cuenta que ya habían pasado 10 minutos. ¿Estabamos tan cómodos juntos que no nos percatamos? ¿Nos acostumbramos al cordón? Prestamos mucha atención en empezar a tiempo pero no a terminar, ¿cuánto tiempo podríamos durar así? Seguí sintiendo el cordón en mi cuello días después de que nos lo quitamos.
DCaleb



1 comentario:

Alfonso P. dijo...

Hola soy Alfonso Puello.
Felicidades un trabajo muy hermoso!
tiene una logica muy poderosa, incuestionable. Es el tipo de pieza que uno guarda en el corazon despues de hacer todo tipo de reflexiones, uno sonrie, se alarma,y se adhiere al flujo de las consecuencias como le paso al sastre.